Una de las mejores maneras de conseguirlo es obligarse uno a sí mismo,deliberadamente,a ejecutar una tarea desagradable,algo que no se desea hacer,cuya ejecución no nos complace y que hemos de hacer pero estamos atrasando,dándonos excusas continuamente.
Desbravemos nuestros caballos mentales.No nos veamos venciéndonos a nosotros mismos,sino conduciendo los potros rebeldes de nuestros pensamientos.
Dominemos el caballo díscolo del aplazamiento dicéndonos: "esto he de hacerlo ahora!"
Los otros caballos mentales habrán experimentado el efecto y opondrán cada vez menos resistencia.
Así,venceremos el efecto de aplazar las cosas.
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