Traducir/Translate

jueves, 14 de junio de 2012

Parásitos y microbios

Lo que enferma al hombre no entra en su cuerpo por obra de los microbios que vienen de afuera,sino que se elabora en las putrefacciones intestinales de su vientre afiebrado.
Estos productos de putrefacción son los que dejan mácula en el cuerpo e impurifican la sangre.Según esto,cuando oigamos hablar de infecciones,pensemos siempre en putrefacciones elaboradas en un aparato digestivo afiebrado.
Respiarando aire puro,manteniendo buenas digestiones y una actividad eliminadora a través de la piel,los riñones y los intestinos,nadie puede morir aunque viva entre microbios.
Mientras se procura instruir al público acerca de los peligros que el microbio representa para la vida del hombre,poca o ninguna importancia se ha dado a la acción de los parásitos,cuya contaminación es funesta para la humanidad.

Fiebre curativa y fiebre destructiva

En el primer caso tendremos salud y en el segundo,enfermedad,es decir,desarreglo funcional del organismo.
Existen tres clases de fiebre: la externa,que puede controlarse mediante el termómetro aplicado bajo el brazo del enfermo; la interna,que domina el interior del vientre y va unida a una falta de calor normal en la piel y las extremidades y se descubre mediante el pulso y el iris de los ojos; y,por último,la fiebre local,que preferentemente afecta a una zona u órgano determinado del cuerpo y se manifiesta mediante latidos,punzadas,cansancio localizado o escozores.
La fiebre externa revela actividad en las defensas del organismo,mientras que la interna acusa una incapacidad defensiva.La fiebre local,que va acompañada de irritación,inflamación, y congestión,también es perjudicial,porque altera y dificulta la libre circulación de la sangre en el órgano o tejidos afectados.
La fiebre externa caracteriza al enfermo que sufre una crisis aguda,mientras que la interna mantiene el estado de enfermo crónico.