Mangostán (garcinia mangostana)

La fragante carne comestible puede describirse como dulce y agrio, con sabor cítrico con sabor y textura de durazno. El mangostán está estrechamente relacionado con otras frutas tropicales comestibles, como el mangostán botón y el mangostán gota de limón.
Debido a su potente acción antiinflamatoria podemos utilizar el Mangostán en más del 80% de las patologías del ser humano.
La acción antioxidante del Mangostán previene y trata los daños producidos por los radicales libres dentro de nuestro organismo, previene el envejecimiento celular, y mejora significativamente el estado la piel.
Las Xantonas que contiene el fruto del Mangostán han sido sometidas a diferentes estudios en laboratorios quedando demostrada su actuación contra agentes infecciosos y otros problemas relacionados con ellos: Virus, Bacterias, Parásitos, Hongos, Fiebre… actuando estas como refuerzo del Sistema Inmunitario.
disminuye la inflamación en encías enfermas pudiendo ser usado a modo de colutorio, ayudando a la temprana recuperación después de intervenciones odontológicas.
Se han demostrado efectos antitumorales, con la utilización continua y prolongada del Mangostán, sobre todo en cáncer de colon, mama, próstata y leucemias.
El Mangostán interviene en varios puntos dentro de los trastornos respiratorios. Sus efectos antivirales, antibacterianos y antimicóticos pueden reducir la frecuencia de las infecciones pulmonares reduciendo así el daño acumulativo en los tejidos. Como resultado de la efectividad del Mangostán se requiere el uso de menos antibióticos para tratar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y otros problemas pulmonares, los efectos antiinflamatorios de las xantonas disminuyen la inflamación, los daños celulares y al mismo tiempo ayudan a prevenir la aparición de hipertensión pulmonar la cual es mortal. Al poseer el Mangostán potentes efectos antioxidantes, puede intervenir en todos los procesos de enfermedades donde los radicales libres dañan las células, ya sea por la inflamación (en el caso de la bronquitis crónica y el asma), o por la destrucción de la retracción elástica de los alveolos en el enfisema.