Los chakras

Los flujos de energía que componen nuestros cuerpos crean,al entrecruzarse,auténticos centros energéticos llamados chakras.La palabra chakra procede de un término sánscrito que significa rueda y que indica el contínuo girar de estos centros de energía en nuestros cuerpos sutiles.Las ciencias médicas orientales,distinguen 3 clases fundamentales de centros energéticos:

• los puntos de acupuntura,a cuya altura se entrecruzan 7 líneas energéticas
• los chakras menores,a cuya altura se entrecruzan 14 líneas energéticas
• los chakras mayores,a cuya altura se entrecruzan 21 líneas energéticas

Mientras que el número total de centros energéticos es muy alto,aquí sólo nos interesan los 7 chakras mayores,que están situados a lo largo del eje central del cuerpo humano,desde la base de la columna vertebral hasta poco más allá de la cabeza.Desde un punto de vista físico,estos centros de energía se corresponden de una forma bastante precisa con las glándulas endocrinas más importantes del cuerpo físico.
Frente a las críticas que la ciencia oficial lanza a menudo a estas teorias,el hecho de que las funciones de estas glándulas se correspondan estrechamente con las funciones atribuidas por el yoga a los chakras nos lleva,a considerar que el sistema de fisiología "invisible" del hombre desarrollado por las culturas orientales,constituye un auténtico mapa de un sistema psicofisiológico del ser humano,hasta ahora descuidado.
A continuación,mostramos sus nombres y su situación en relación con el cuerpo físico:

• primer chakra: mûlâdhara,en la base de la columna vertebral
• segundo chakra: svadishthâna,a la altura de los genitales
• tercer chakra: manipûra,a la altura del ombligo o del diafragma
• cuarto chakra: anahata,a la altura del corazón
• quinto chakra: vishudda,a la altura de la garganta
• sexto chakra: ajna,en la frente,entre las cejas,llamado tercer ojo
• séptimo chakra: sahasrâra,unos milímetros por encima de la cabeza

La actividad de los chakras determina nuestra forma de ser: actuando sobre ellos,podemos cambiar y modificar nuestro comportamiento.Igualmente,un análisis de nuestro comportamiento nos puede indicar con precisión qué chakras funcionan de manera correcta y cuáles,por el contrario,necesitan una intervención de corrección y purificación para devolver el equilibrio y la armonía a nuestro interior.
En resumen,el sistema de los chakras puede utilizarse como un auténtico mapa para analizar nuestra mente y dentro de cierto límites,también nuestro espíritu; reflexionando sobre la naturaleza de nuestros pensamientos,inclinaciones,acciones,deseos y percepciones,podemos detectar cuáles son los chakras dominantes en nuestro organismo.Y además podemos establecer la dirección más eficaz del desarrollo para lograr una mayor expresión de nuestras cualidades latentes.
Por comodidad,podemos dividir los 7 chakras principales en 2 grupos,separados por el cuarto chakra: los tres inferiores(mûlâdhara,svadisthâna y manipûra)y los 3 superiores(vishuddha,ajna y sahasrâra),separados por anahata,el punto firme sobre el que se apoya todo el sistema.
Los 3 chakras inferiores se caracterizan por energías de tipo bastante grosero e incontrolado y regulan las funciones egoistas: la supervivencia y la conservación,la sexualidad,el poder psíquico personal y la capacidad de influir sobre el mundo material.Los 3 chakras superiores,por el contrario,se caracterizan por la apertura de la conciencia a nuevas perspectivas,por la consideración de los demás,por el impulso hacia la sabiduría y la comprensión de la naturaleza de la vida y el universo.
En medio se encuentra el chakra anahata,el centro del amor,del entregarse de manera equlibrada y constructiva.
Nuestro objetivo es completarnos,equilibrar el funcionamiento de todas las partes de nuestro ser.
La psicología de los chakras es un instrumento óptimo para comprendernos a nosotros mismos: si logramos detectar con honestidad y claridad las influencias que condicionan nuestros comportamientos,podremos intervenir completando las partes de nuestra personalidad menos favorecidas,o bien modificando las influencias que nos resulten perjudiciales.
La meditación y la introspección son los instrumentos que nos permitirán examinarnos,intervenir sobre nuestros centros energéticos y empezar a corregir los posibles desequilibrios.Sin embargo,es preciso que la meditación y la introspección se enriquezcan con actividades materiales que equilibren las tendencias que deseamos eliminar.Por ejemplo,una tendencia a la inconstancia y a la falta de concreción puede mitigarse con ejercicio físico o con trabajo manual.
Esto permitirá que la energía fluya de manera más libre a través de los canales que reciben los nombres de Ida,Pingala y Sushumna.